Tratar a nuestros compañeros y a nuestros clientes con respeto. Siempre diremos lo que pensamos pero lo haremos de la manera más correcta posible. Si vemos una oportunidad para enseñar o ayudar a un cliente o a un compañero lo haremos sin dudar. Somos positivos pero también somos realistas.
El talento está sobrevalorado, el trabajo duro no lo está. Hay que hacer bien lo básico pero queremos esforzarnos más, nuestros clientes apreciarán el valor añadido y nosotros lo notaremos. Los clientes nunca deberían tener que esperar por nosotros, y nunca deberían detectar un error antes que nosotros.
Todos cometemos errores. Nosotros también. Aprendemos de ellos. Procuramos no repetirlos. No buscamos excusas. Nunca echamos la culpa a otros. No queremos ser expertos en describir problemas y mostrar lo injusto de las cosas; utilizamos esa energía para tratar de encontrar una solución.
Para ser reconocidos como la mejor agencia, necesitamos no solo al mejor equipo sino estar en evolución continua. Analizamos constantemente el área en la que necesitamos mejorar, nos ponemos manos a la obra y evolucionamos. Vivimos en un proceso de mejora perpetuo.
No tememos explorar lo desconocido e innovar, pero si algo funciona, no lo cambiamos. Estamos siempre pendientes de conocer la próxima gran tendencia en el sector de nuestros clientes antes de que ellos lo hagan. Estar un paso adelante nos garantiza mantenernos relevantes para ellos y su audiencia.
Trabajamos duro, pero cuando uno disfruta con lo que hace produce un trabajo de calidad. Para ello también tomamos descansos cuando los necesitamos, no hacemos horas extras de forma habitual y nos aseguramos de que el equipo celebre los éxitos, por pequeños que sean.